sábado, 7 de julio de 2007

Misteriosa entrada

Al entrar ella, todos callaron repentinamente. En aquel silencio, se percibía una mezcla de respeto y admiración. Todos interrumpieron sus quehaceres y también sus superfluas conversaciónes, pues todo debía silenciar ante tal suceso. ¿Qué importancia podía tener cualquier otra cosa cuando semejante espectáculo se imponía? ¿es que acaso el intercambio del más fresco y jugoso chisme valía tanto como para opacar apenas la majestuosa entrada que ella había hecho? Esto era algo que yo jamás supe responder.
No cabía lugar para el razonamiento. No se sentía eco alguno de los presentes, lo que me hubo extrañado. ¿Tanto respeto merecía aquél acontecimiento?. Yo, que ningún tonto era en aquel entonces, no podía entender el por qué del impacto generado en los espectadores; no hallaba una explicación que encajase con el enmudecimiento atónito de mis compañeros. Fue por ello que susurré a mi contiguo: "¿qué...", mas su cortante mirada dio cese inmediato a mi interrogante. La irritación en sus ojos se vio multiplicada al instante hasta igualar el número de los mudos semblantes.

Al parecer, nunca supe entender bien al arte de la peluquería...


29/06/07

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