miércoles, 13 de enero de 2010

Círculo ad infinitum

Un hombre sentado en un sillón, vistiendo una musculosa blanca con una generosa mancha de mandarina encima del empelusado ombligo, mira televisión con una cerveza en la mano. Su mujer barriendo fervientemente se detiene un instante y mira con detenimiento a su marido, mientras este insulta salvajemente al refferi por haber decretado un penal en contra de su equipo. La señora se acerca lentamente y mira al hombre, frunciendo su ceño indignada. Comienza, en tono bajo y luego in crescendo, a cuestionarse quién se cree que es este tipo para estar sentado y rascarse las pelotas y hacer nada mientras ella limpia como una negra de mierrda que tendría que estar con un latino sudado encima garchando en el Caribe que esto no puede ser. Le pega una ligera cachetada en la nuca. El hombre, sin hacer caso al golpe, intenta evadir como puede al cuerpo de su mujer para así seguir viendo el partido, mientras que los insultos y amenazas de muerte al refferi no cesan de salir de su hedionda boca, oh isla náufraga en un mar de barba grasienta. La mujer no se mueve de su lugar. Arroja furiosa la escoba al piso y le grita al hombre que es un vago de mierda y que huele a boca de preso, muñeca de cárcel. Le arrebata la cerveza de la mano al hombre y la arroja al piso iracundamente. El hombre, no obstante, prosigue con su afán por ver el partido y, sin tocar a la mujer, mueve su cabeza de un lado a otro para así arribar a un ángulo de visión que lo favorezca. La mujer aprieta con instinto asesino su delantal de limpieza y patea la escoba yaciente en el piso, salta en su lugar aterrizando una y otra vez con sus pies fuertemente a modo de pataleo, le pega una cachetada a su marido en la cara. Silencio. Los dos quietos: la mujer expectante por una reacción de su marido, y el hombre expectante por el desenlace del partido. La mujer gira su cuerpo murmurando con la mano en alto que cómo puede ser que esta mierda te hipnotice todo el día, y mira la televisión. Dos segundos de quietud. Ambos gritan GOL! y se abrazan, saltando de felicidad.

21/06/08

Il camone di Giorgio

El cielo de las 3 vierte su dulce belleza en aquella fuente en la que Jorgito el colectivero solía sentarse en sus tardes de sana infancia mirando a los pajaritos y tirándoles migajas pero obvio eso fue mucho antes de la scutter que le regaló la abuela para su cumpleaños un día en que no cumplía años y qué se le va a hacer la pifió esta abuela que no se acuerda ni mi nombre y me dice Juan pero quién carajo es Juan le pregunto siempre y me dice sos vos sos vos ahí parado y qué mal lo conocía su abuela que creía que a él su Juancito le encantaba el púrpura porque la moto era púrpura pero qué machote este Jorgito andando de aquí para allá salteando lomas de burro y comiendo burritos en lomas mientras esquiva manchitas de aceite y piedritas y latitas viejas de Navidad de Coca que chas chas hacen contra el piso mientras algunos nenes las patean y le llega chas chas a los oídos de Georgie que por suerte no escuchan porque se hallan a salvo en su casco con el sticker de Fórmula 1 esas que tanto levantan levantan y no paran y no paran y no paran hasta que paran paran paran porque pasa que Jorgito tropieza la semana pasada con una inoportuna piedrita en medio de la calle y su motito sale volando a la mierda y paf Jorgito se da la cabeza con la vereda qué pelotudo seguro zafaba de la lesión craneal si usaba casco pero obvio cómo va a zafar si es tontito nunca se le ocurrió usar casco porque te hacen cabezón y así nunca me va a mirar la Nelly pero bueno eso fue antes porque ahora ahora tengo uno de esos nuevos así no me lastimo más la cabeza sí sí qué lindo está mirá qué lindo encima no estaba tan caro y brilla porque es uno de esos nuevos que realmente brillan con su vidriecito para los ojos que también brilla y su sonrisa de felicidad también brilla pero brilla tanto que que que un ligero rayo de luz refractado de sus limpios dientes fuera del casco rebota y da contra una chapita para regresar nuevamente con más y renovadísima fuerza directamente en el ojo del pobre Jorgito que paf se choca esta vez con un farol por el ligero aturdimiento ocular pero qué bueno que después de lo de la cabeza la semana pasada ahora el forro de Jorgito es responsable y siempre va por ahí con su casco de Fórmula 1 no vaya a ser que seas tan boludo de chocarte con un farol otra vez pero pasa Jorgito siempre lo tenía cancheramente a medio poner para que lo mire la Nelly y bueh qué se le va a hacer así es la vida piensa Jorgito mientras se intenta rascar el ojete ahora en el hospital pero le cuesta mover el brazo y la mano y los dedos y le pica y le pica y piensa pensá en otra cosa y se te pasa y así lentamente empieza a recordar su primer regalo de cumpleaños qué lindo era ser niño piensa Jorgito si tan sólo pudiese revivir a mi vieja y ayudarla se lamenta vanamente Jorgito evocando su dura infancia en que su madre antes de morir electrocutada con plancha a carbón le daba de comer a él y a sus otros 15 hermanos sólo uñas que cortaba a los perros descuartizados del costado de las vías pero si éramos tan desdichados por qué no nos ayudó diosito se pregunta Jorgito indignado que mira la Biblia en la mesita de luz del hospital la mira la mira la estudia la estudia y piensa en quemarla quemarla porque si el rencor quema sus entrañas entonces por qué no quemar un simple librito de mierda pero no es un simple librito es la BIBLIA cómo la vas a quemar pibe vos estás loco vos querés ir al infierno vos sos hereje vos votaste a Menem obvio que no lo voté nadie lo votó bueno entonces quemá la Biblia total estás libre de pecado y buen si vos decís la quemo todo eso piensa y discute Jorgito con el inquilino que siempre salta cuando Jorgito está triste y se acuerda de su infancia su triste infancia de come uñas estás bien me oís escucha Jorgito de repente mientras ve un círculo de caras borrosas que no se les ve quién carajo son y qué hacen encima mío parece que al final no está en el hospital y que no tenía el casco bien puesto y que el farol era bastante renuente al ampute cementístico porque le dejó una abertura considerable en el bocho que sangra y sangra y fluyen torrentes como en aquella fuente que de pequeño frecuentaba y los pajaritos de la tarde sí que cantaban lindo en plena sana infancia

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17/08/08