jueves, 4 de octubre de 2007

Categórico destino

"El devenir del hombre es
una pelota cuadrada",
Fito Plancton


El pequeño Ricardito, de sutil presencia, hallaba el goce en el pisar baldosas de grisácea pigmentación. Qué exacerbada su risa cuando en la ciudad el niño caminaba! Mas al dar con pisos de blanco mármol, Ricardito sollozaba profundamente, exprimiéndose así su exigua existencia. Exigua como su destino, como su dicha.
Devastado, aguardaba aún lloriqueando el próximo vendaval. Esperaba y esperaba. Días, Ricardito sentado; días, Ricardito tomando una malteada; semanas, Ricardito todavía llora; vendaval, Ricardito volando, estrellándose contra un techo, muriendo ensangrentado al fin contra una baldosita grisácea.

Guido Tanoni
Nicolás Penso

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